Víctor Hugo, Majul y yo

LML
12 min readDec 27, 2022

En julio de 2011, el Diario Perfil publicó un adelanto de un libro de Luis Majul en el que detallaba el modus operandi periodístico de Victor Hugo Morales. El artículo no está online porque la gestión del archivo de esta empresa de medios es muy precaria. En ese adelanto Luis Majul afirmaba que Víctor Hugo era contratado por municipios de Argentina para dar charlas, entre otras cosas, para promover la Ley de Medios Audiovisuales de Cristina Kirchner. Como evidencia de esa práctica Majul citaba el ejemplo de la ciudad de Azul que había contratado a Víctor Hugo por $22.000. En esa época yo trabajaba en la Municipalidad de Azul y era Secretario de Cultura y Educación de ese gobierno. Acá tengo que hacer un paréntesis y brindar un poco de contexto.

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Desde el año 2003 la ciudad de Azul estaba embarcada en un proyecto de desarrollo local “Azul Ciudad Cervantina de la Argentina” a partir de la puesta en valor de la colección de ediciones de El Quijote (y Martín Fierro) que atesorara hasta su muerte en 1952 Bartolomé Ronco, presidente de la Biblioteca Popular de Azul. Un evaluación profesional de esa colección determinó que era una de las más importantes en América. La ciudad entonces se movilizó alrededor de ese hecho y tres instituciones, la Asociación Española, la Biblioteca Popular y la Municipalidad de Azul diseñaron un proyecto para desarrollar la ciudad alrededor de la cultura, la educación, el turismo y el patrimonio. Azul Ciudad Cervantina lo gestionan las tres instituciones mencionadas más el Centro Empresario local. Uno de los proyectos dentro de esa iniciativa es el Festival Cervantino que se lleva a cabo en noviembre de cada año. Hasta 2011 era un proyecto público privado magnífico que creció cada año hasta que la sociedad decidió votar al kirchnerismo que, como todo lo que toca, lo arruinó.

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En ese contexto, el Comité Organizador del Festival decidió invitar a Víctor Hugo a dar una conferencia de apertura de la edición 2009 del Festival en el Teatro Español un jueves por la noche, y la transmisión de su programa de radio la mañana siguiente. En ese momento el programa en Radio Continental era el más escuchado. Víctor Hugo transmitió desde la Casa Museo Ronco un programa magnífico para nuestra ciudad. A media mañana, mientras salía al aire, una funcionaria municipal se acercó hasta la Casa Ronco para hacer firmar la orden de compra por sus servicios y entregarle el cheque correspondiente. Inmediatamente su productora nos dijo que era imposible, que en todos los lugares que Víctor Hugo visitaba le pagaban en efectivo. Que no podía ser. Que ese era el único lugar en el que le pedían una factura. La funcionaria le dijo que el municipio no pagaba en efectivo y que no había manera de resolverlo. La insistencia, y caer en la cuenta de que de otra manera no iba a cobrar, logró que un hombre, asistente personal de Víctor Hugo (a nombre de quién se había emitido el cheque), fuera al banco y lo cobrara. El municipio obtuvo la factura a nombre de este hombre. No recuerdo su nombre pero su aspecto físico era parecido al Don Ramón del Chavo. El programa terminó y Víctor Hugo dejó la ciudad.

Esa acción de promoción quizás haya sido la publicidad de la ciudad y del turismo que mayor alcance logró a nivel nacional. Aun años después nos visitaba gente que decía que se había enterado de nuestro proyecto por el programa de Víctor Hugo. Esa acción había sido parte de un plan que terminó con una reconocida revista de turismo destacando a Azul como uno de los 20 destinos turísticos nacionales emergentes en 2011.

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No leí el libro de Majul. Pero cuando leí aquella nota en el diario me pregunté por qué hablaba solamente de Azul siendo que él decía, y era cierto, que Víctor Hugo iba por todo el país con ese modelo. Mi especulación es que fue en Azul el único lugar donde pudo conseguir una factura, una evidencia para su argumento. Desconozco si Víctor Hugo cobraba en negro en otros lados. En Azul, no.

Una de las cosas que sucede cuando uno emigra es que se dispone de mucho tiempo libre. Uno trabaja durante su horario y el resto del día y el fin de semana es para uno. Fue disfrutando de ese tiempo libre que semanas atrás, mientras trabajaba en casa en la Christmas decoration que preparamos todos los años con mi equipo en mi trabajo, que escuchaba una FM Radio Berlín 107.9. Sí, donde yo trabajo, un municipio en Australia, se organiza un concurso y todos los años los equipos decoran sus espacios de trabajo para contribuir con el espíritu navideño. Soy bastante bueno haciendo papel maché de cuando mirábamos con mis hijos Art Attack en Disney Channel y luego hacíamos cosas con ellos.

Había escuchado que esa radio FM era propiedad de la productora de Luis Majul. Muy buena programación musical por cierto. Cada hora, hacen una pausa y pasan publicidad. Allí, entre unas pocas publicidades comerciales, reproducen una, dos o tres, publicidades de gobiernos; gobiernos provinciales, municipales o dependencias públicas. Mientras escuchaba fui haciendo una lista. Llegué a anotar veintidós organizaciones gubernamentales que pagan auspicios:

Municipalidad de San Isidro

Municipalidad de Mar del Plata

Municipalidad de Vicente López

Municipalidad de Tigre

Municipalidad de Lomas de Zamora

Municipalidad de Esteban Echevarría

Municipalidad de Florencio Varela

Municipalidad de Pilar

Municipalidad de San Miguel

Municipalidad de 3 de febrero

Municipalidad de Malvinas Argentinas

Gobierno de la provincia de Mendoza

Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Gobierno de la provincia de Entre Ríos

Gobierno de la provincia de Córdoba

Gobierno de la provincia de Chaco

Gobierno de la provincia de San Juan

Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires

Defensoría de la Provincia de Buenos Aires (?)

Publicidad de “Argentina”, “Chubut”, “Puerto Madryn” sin auspiciantes identificados, ni siquiera institucional de la radio

Dante Camaño (auspicio sobre derechos del trabajador)

Casino Victoria (Entre Ríos)

A su vez en el portal Margen del Mundo, también de la productora de Luis Majul, se agregan: el Gobierno de la provincia de Jujuy, la Municipalidad de Lanús y la Municipalidad de José C. Paz (aquella cuyo intendente Mario Ishii reconoció que dejaba usar las ambulancias públicas “para vender falopa”). También mi Municipalidad de Azul tiene auspicio allí. Como contribuyente de Azul me pregunto cuánto y en concepto de qué le estamos pagando a la productora de Majul.

(Esta lista no es exhaustiva, sino que son los que pude tomar nota mientras escuchaba la radio y que aparecen en el portal)

Además de ser propietario de una productora con múltiples emprendimientos, Majul es un periodista político. Por eso es alarmante que un periodista cuyo trabajo consiste en informar y opinar sobre la realidad política argentina, mantenga relaciones comerciales con personas e instituciones sobre las que debe informar u opinar. Eso no está bien. Majul puede aducir que recibe dinero de todos los gobiernos de distintos partidos políticos. Pero no es un argumento válido. ¿Por qué no está bien?

La reputación de un periodista se construye y se sostiene en el tiempo por el valor de su palabra y sus opiniones. La mera sospecha de que su trabajo y opinión puede estar influenciado por las relaciones comerciales que mantiene con sus auspiciantes deteriora la calidad de su trabajo y la confianza que podamos depositar. Cuando un periodista mantiene una relación comercial con un estado debería declarar conflicto de interés y abstenerse de opinar o informar sobre los temas que involucren esos auspiciantes. Existiendo veintidós sponsors, vinculados a partidos políticos, donde los dineros públicos se asignan discrecionalmente, casi impide que pueda hacer su trabajo con un mínimo estándar ético. De hecho, si en el Código de Ética Periodística del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) o de la Academia Argentina de Periodismo existiera la declaración de conflicto de interés (como en casi todos los países del mundo incluyendo nuestros vecinos de Uruguay y Chile) no lo podría hacer.

Si la opinión o la agenda periodística de Majul sí estuviera influenciada por sus auspiciantes estaríamos ante lo que se llama tráfico de influencias. El tráfico de influencias es el uso de una posición o influencia política en representación de alguien a cambio de dinero o favores.

Esa ausencia de umbral ético me permite preguntarme si el dinero que ingresa a esa productora y esa radio es solo para sostener el funcionamiento de la radio o si la radio se usa para tercerizar ingresos que en realidad tienen otro destino.

Es responsabilidad del periodista o medio manejar esta situación de una manera profesional que descarte cualquier tipo de suspicacias. Esto no implica si uno cree o confía más o menos en el periodista. La situación debe ser transparente. La relación entre el periodista y los ciudadanos debe ser transparente. ¿Cómo podría esta situación afectar la transparencia de su agenda u opinión? El periodista podría hablar favorablemente acerca del político auspiciante, podría darle un lugar, tiempo y trato privilegiado cuando lo entrevista, podría evitar entrevistar a un adversario de ese auspiciante o comprometerlo con preguntas que nunca haría al auspiciante, podría no informar u opinar sobre algún hecho que pudiera perjudicar al auspiciante. Podría también entrevistar invitados que hablen bien de ese auspiciante. Por ejemplo, consultores y encuestadores. En mis años mirando programas políticos he identificado muchas más. Los ciudadanos carecemos de herramientas para juzgar si estamos ante una opinión transparente y confiable.

Pongamos un ejemplo concreto de cómo los ciudadanos nos perjudicamos con esta práctica. Durante su gestión en la Gobernación de Buenos Aires (2015–19), María Eugenia Vidal había logrado limitar las reelecciones de intendentes a un solo mandato (hasta ese momento la reelección era ilimitada). Había sido quizás la única reforma política en años que perjudicaba al establishment político y favorecía a los ciudadanos. Las reelecciones ilimitadas contribuyeron a la consolidación de los llamados “Barones del Conurbano” que se perpetúan en sus cargos y se apoderan del dinero de los ciudadanos.

A fines de 2021, salvo excepciones honrosas, intendentes peronistas complotados con intendentes de Cambiemos se unieron para modificar esa ley y postergar cuatro años su implementación. No sabemos si dentro de cuatro años no pasará lo mismo. Las reformas para favorecer al establishment político salen con mucha facilidad. Para las reformas que necesitamos los ciudadanos siempre “son imposibles porque para eso hay que reformar la constitución y no tenemos los votos”. Todos esos municipios complotados contra esa reforma política a favor de los ciudadanos son auspiciantes de la Radio FM Berlín 107.9. ¿Pudo esa relación comercial afectar el trabajo profesional de Luis Majul? Por supuesto. ¿De qué manera? Privilegiando otros temas en su agenda periodística y dando una cobertura mínima o nula al tema. Evitando entrevistar a esos intendentes o haciendo preguntas edulcoradas que les permitan eludir el tema. No repreguntando. Cubriendo el tema un día y olvidándolo al día siguiente. ¿Qué podría haber hecho Majul? Una campaña persistente mostrando esta estafa a los ciudadanos que permitió que en solo cinco horas esta ley se apruebe en dos cámaras legislativas y cuente con el apoyo de las dos coaliciones mayoritarias. Es evidente que este tema no es, periodísticamente, muy sexy. Pero si un ciudadano no llega a dimensionar la impacto de la calidad institucional en su vida cotidiana, es en parte un fracaso del periodista que no logra captar el interés y mostrarle las consecuencias de su desinterés.

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Hago otro paréntesis acá para decir que esto no es un ensañamiento en especial con Luis Majul. Si algo es evidente hoy es que todo el periodismo político argentino se financia de esta manera. Cuando digo periodismo descarto todo el conglomerado propagandístico kirchnerista cuyo financiamiento y sus fines son bien evidentes. Me refiero al sector del periodismo autoproclamado independiente. Basta mirar los auspicios de cualquier programa de radio o televisión para ver el volumen descomunal de dinero de los ciudadanos que los políticos usan para medios de comunicación o programas políticos. Es imposible no relacionar ese dinero con el tráfico de influencias. Me sabrán perdonar, pero cuando un periodista dice que “el Gringo Schiaretti no es kirchnerista, es un peronista moderado o republicano” cuando todos vemos que vota todo junto con el kirchnerismo, es imposible que no lo conectemos con la chica cantando durante 25 segundos en televisión,

“panorámico,

gastronómico,

folclórico,

histórico,

utópico…

Córdoba es mágicaaa”

que escuchamos cuando van al corte.

Miren los auspicios del programa de Joaquín Morales Solá que pasan por debajo de la pantalla. Escuchen las tandas en los programas de radio de Radio Rivadavia o Radio Mitre. Hagan lo mismo con todos los periodistas. Vean y escuchen los auspicios de sus programas, quiénes pagan sus sueldos, vean si hay alguna correlación entre eso y los políticos que critican o elogian. Gobiernos provinciales; gobiernos municipales; bancos públicos; loterías provinciales; organismos y empresas del estado; empresas de energía, construcción o casinos que se benefician con contratos del estado. Toda plata nuestra para sostener seis, siete, ocho canales de noticias transmitiendo 24 horas. (Por cierto, en Australia hay uno solo y público) ¿Qué se puede creer de un programa periodístico que habla de la Causa Cuadernos si sus auspiciantes son socios de la Cámara Argentina de la Construcción?

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Propongo un desafío para poner a prueba esto que digo. ¿En qué medio han visto una nota publicada que hable de este tema? ¿Qué medio, qué periodista tendría la valentía de mirar su propia profesión de manera introspectiva y debatirlo con la sociedad? Hasta ahora conozco dos: Osvaldo Bazán y Ariel Tarico. (días atrás leí que a Osvaldo Bazán le levantaron su programa en Radio Rivadavia. ¿Casualidad?, no lo creo. 2023 es un año electoral y no hay que correr riesgos). ¿Qué periodista o medio será el primero en renunciar al auspicio con dinero público y declarando conflicto de interés cuando existiera?

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No estoy ensañado con Luis Majul. Lo usé como ejemplo porque la anácdota lo vinculaba con mi historia personal. Quizás sea Luis Majul quien se sume a Bazán y Tarico e inicien un proceso de profesionalización del periodismo argentino de acuerdo a estándares internacionales mínimos. Majul es un periodista emprendedor. Arriesga con productos novedosos e intenta ir más allá de la mediocridad generalizada. Lo que escucho en FM Berlín es muy bueno. Pero no puede ser que un ciudadano pobre de José C. Paz page los consumos culturales de un argentino viviendo en Australia. No cierra. Es obsceno.

No obstante, todo lo descripto no es lo peor de esta situación y a esto quería llegar. Si Majul se elevara y mirara su tarea cotidiana desde arriba, viendo como dicen la big picture, se dará cuenta que lo que hoy está haciendo es lo mismo que 12 años atrás hacía Víctor Hugo. Si Luis Majul, y el resto del periodismo, mira dónde terminó Víctor Hugo se dará cuenta que su destino será el de él. Quizás peor. Porque Majul no hacía esto hace 12 años. La práctica de adaptarse a esta degradación social ha llevado a que le pidan limosna a Mario Ishii para subsistir.

De esta manera no hay salida. Nadie se salvará. Ni el periodismo ni los periodistas. Aún si alguno de ellos llegara a un retiro profesional cómodo sufrirá las consecuencias de este modelo de pauperización social. Siempre nos estará esperando un accidente vial por rutas de la muerte o por un vehículo sin luces manejado por un alcoholizado. Algún día necesitaremos una válvula para la cardiocirugía que aun con los dólares en la mano no podremos comprar porque no entra al país. Esa medicina que necesito para el tratamiento no llegará. Algún tipo de fallo incendiará un hogar o una empresa. No habrá dinero ni aseguradora que nos proteja del nivel de riesgo al que estamos expuestos por la degradación. Aun si lograran que sus hijos se pongan a salvo en el exterior, sufrirán las consecuencias del desarraigo. Verán crecer a sus nietos por Zoom y estarán condenados a verlos una vez al año con suerte.

Argentina enfrenta desafíos que es imposible dimensionar. La sociedad debe enfrentar un programa de estabilización económica que expondrá, inicialmente, a más argentinos a la pobreza. Si queremos vivir en una nación democrática necesitamos que un 70% de la sociedad entienda la situación que enfrentamos y los motivos de muchas decisiones que hay que tomar. La sociedad necesita ver con claridad quiénes están obstaculizando una salida a la ley, la paz social y el progreso. 2023 es un año clave y los argentinos necesitamos del periodismo. Las sociedades modernas necesitan de la institución periodismo que le plantee conversaciones maduras a la sociedad y con la sociedad. Necesita que nos expliquen los problemas y los entendamos. La tarea del periodista es traducir información para que todos la entendamos. Necesitamos periodistas que escruten a cada entrevistado, sin concesiones. Lo necesitamos para informarnos y tomar decisiones acordes para nuestra vida personal y la sociedad en la que vivimos.

Esto no lo vamos a resolver a gritos y memes en las redes sociales. Estoy convencido de que si tantos políticos disponen de tanta plata para auspiciar periodistas y medios, es porque la capacidad de influencia del periodismo en la conversación pública está intacta. Si no lo hacen seguiremos gritando en las redes sociales para que esto cambie. Más temprano que tarde lo vamos a lograr.

Casi me olvido de contarles. Con mi equipo sacamos el tercer puesto en el concurso de la Christmas Decoration del trabajo. Felices fiestas para todos los que llegaron hasta acá. Vamos con fuerza que en 2023 capitalizaremos el aprendizaje de estos años de dolor.

Propuesta de Christmas Decoration que obtuviera el trecer puesto en el concurso de mi trabajo.

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